¿Qué debo hacer para ser voluntaria en una fundación?


Esta es una pregunta que toda persona que se plantee ser voluntaria se ha hecho alguna vez. Querer ayudar, colaborar y aportar en nuestra comunidad es muy necesario para que un cambio social se produzca realmente y concienciar a la sociedad. Sin embargo, no es fácil saber cómo realizarlo, qué proyectos elegir o dónde acudir. 

Aquí intentaremos detallar los diferentes aspectos a tener en cuenta para ser voluntario de una fundación o cualquier otra organización.

1. ¿Qué quiero lograr?

Lo primero que debes pensar es cuál es tu objetivo y por qué estás pensando participar en proyectos de voluntariado. Es posible que haya áreas que te interesen más, como trabajar con personas con discapacidad, con personas que necesitan asistencia o compañía o personas que acaban de llegar a España y necesitan indicaciones sobre instituciones y burocracia.

Hay muchos ámbitos en los que colaborar y puede ser muy abrumador, pero pensar dónde y cómo hacerlo es la parte más importante del proceso de voluntariado. Además, piensa qué puedes aportar. No todas las personas tenemos las mismas cualidades, saber cuáles son tus puntos fuertes te ayudará. 

2. ¿Dónde buscar?

El siguiente paso es buscar dónde poder aportar nuestro granito de arena. Una vez decidido el área de colaboración, debemos encontrar aquella organización u organizaciones donde contactar. 

Se puede buscar a diferentes niveles, pero empezar por las zonas que conocemos, pueblo, ciudad, es más sencillo al principio y se accede a un entorno que conocemos lo que facilita mucho el trabajo. Acude a las asociaciones de vecinos, el ayuntamiento, las ONGs cercanas. Allí te podrán informar de los proyectos que llevan a cabo y de cómo puedes ayudar.
 
Si quieres saber más sobre el área de voluntariado de la Fundación ONCE y conocernos accede a nuestra web

3. Escucha y pregunta. 

Cuando llegas a la organización o fundación para colaborar es esencial escuchar a las personas organizadoras llevan realizando voluntariado mucho tiempo. Todas tenemos mucho que aportar, pero como con todo en la vida, primero hay que ver y escuchar para poder realizar cambios. 

No se nos debe olvidar tampoco preguntar. Solo se puede mejorar y trabajar correctamente si no tenemos dudas, si preguntamos lo que desconocemos y cómo realizarlo correctamente. 

4. No eres una salvadora.

El voluntariado puede ser muy abrumador y dejar un peso emocional en las personas participantes. Colaborar y ayudar no es salvar. Si bien pequeñas aportaciones juntas pueden hacer mucho, los cambios sociales no se producen de un día para otro.

5. El voluntariado no es para todo el mundo.

Sí, es duro de oír y de leer pero es cierto. En muchas ocasiones ser voluntario o voluntaria no es divertido o enriquecedor. Puede ser una experiencia dura o no ser cómo imaginábamos. Lo más importante es saber que no pasa nada porque así sea. Existen muchas formas de colaborar, de ayudar para conseguir un cambio social. 

Dona a asociaciones, comparte información, habla con tu entorno cercano. Cualquier pequeña acción contribuye y es válida. 

Si quieres saber cómo colaborar con Fundación ONCE puedes acceder aquí.

Comentarios